REFLEXIONES SOBRE ESCUELAS CREATIVAS
OBJETO DE ESTUDIO
Partiendo de la idea de que es nuestro centro el objeto de estudio, ya que las Guías Creativas han sido diseñadas partiendo de esta premisa, llega el momento de iniciar un proceso de reflexión para determinar qué es lo que realmente queremos hacer.
Como punto de partida tenemos los tres retos de transformación con los que nos presentamos a la convocatoria de Escuelas Creativas, retos que a lo largo del proceso van a poder ser redefinidos o incluso, si lo consideramos necesario, cambiados.
Evidentemente, abordar globalmente el centro como objeto de estudio se nos antoja como demasiado ambicioso y abrumador, por lo que tomamos la decisión de centrarnos en un aspecto concreto, el de favorecer el aprendizaje a través de las emociones, en principio más fácil de manejar. Tiempo habrá de considerar otros aspectos.
Consideramos que en este primer paso es fundamental dedicar un tiempo a definir claramente nuestro objeto de estudio, aunque no es tiempo precisamente lo que sobra, puesto que este actuará como faro que orientará los pasos que hay que ir dando a continuación, y se trata por tanto de una decisión importante en este proceso de diseño de un plan de Escuelas Creativas.
Es cierto que en un principio estás un poco desorientado, abrumado, parece que no vas a poder..., nunca antes nos habíamos visto en otra igual, pero poco a poco, y con los ánimos de los compañeros creativos de otros centros, te vas dando cuenta de que estás iniciando un camino ilusionante y que no caminas solo.
Estamos al principio del camino y quizás no prestamos atención a la importancia de ir documentando todo el proceso. Es imprescindible hacerlo, de esta forma en cualquier momento podemos volver la vista atrás y releer, repensar sobre distintos aspectos del proceso creativo.
PASO A PASO
CONTEXTUALIZAR Y COMPRENDER
Esto no ha hecho más que empezar, y para poder diseñar un buen plan tenemos que profundizar en el conocimiento de nuestro objeto de estudio, conocer su historia y conocer su realidad actual. Para comprender, hay que conocer previamente.
A lo largo de nuestras carreras profesionales pasamos por muchos centros y no los llegamos a conocer, dejamos nuestra huella más o menos marcada y seguimos hacia delante. Pararnos y echar la vista atrás nos ha servido para descubrir cómo fueron los primeros pasos del centro, su evolución, los avatares que ha sufrido a lo largo de su corta historia y, a partir de ese conocimiento, ¡comprender!, ¡comprender muchas cosas!
Y una vez metidos en faena, ¿por qué no indagar en el por qué de su nombre? Al final del proceso llegamos a remontarnos a los orígenes de la localidad, a conocer parte de su historia.
Para conocer esta historia es imprescindible contar con muchos testimonios, unos te llevan a otros. Y así, siguiendo el hilo se va construyendo la historia, pero hace falta tiempo, ¡otra vez el tiempo! Cuántas cosas nos faltan por conocer… pero seguro que habrá tiempo en otros momentos para hacerlo.
Y es muy importante, hacer visible esta historia, la línea del tiempo, en algún lugar del centro donde todos podamos pararnos y conocer: “Treinta años de historia en la pared”.
En este punto nos hemos dado cuenta, quizás demasiado tarde, de que una herramienta muy a tener en cuenta a la hora de conocer la historia de un centro, pueden ser las redes sociales. Hoy en día, personas que en algún momento de su vida tuvieron una relación con el centro, quizás aquel obrero que participó en su construcción, pueden llegar a conocer a través de las redes sociales el trabajo recopilatorio que se está haciendo y aportar su granito de arena para reconstruir la historia del centro.
Pero con conocer la historia del centro no es suficiente, hay que conocer y comprender la realidad actual y para ello hay que sumar miradas, cuantas más y más diversas mejor. No nos tiene que importar invertir más tiempo en esta etapa, es muy importante conocer cómo se ve el centro desde fuera, que imagen proyectamos al exterior. Estas miradas nos aportarán una visión diferente, fortalezas y debilidades que quizás con nuestros ojos no somos capaces de ver y que resulta necesario conocer para tenerlas en cuenta a la hora del diseño del plan.
"Comprender" y "entender" son términos que, en ocasiones, empleamos en nuestro vocabulario para referirnos a lo mismo y, a decir verdad, debemos de concretar las diferencias que presentan.
La metodología Edusapiens de Escuelas Creativas establece tal diferenciación, ayudándonos a establecer los límites de ambos conceptos. El término comprender por encima del entender.
a PROPÓSITO DE COMPRENDER...
Edusapiens establece dos aspectos críticos que destacamos por la importancia que creemos que tienen para llegar a la innovación:
- Por un lado, poner en cuestión y en reflexión constantemente nuestro Status Quo, como medio para no llegar a planteamientos decisivos; todo está sujeto a reinterpretaciones que tan sólo el tiempo y la experiencia pueden volver a reformular.
- Por otro lado comprender, entendido como valor que supone tomar conciencia de un hecho de forma intelectual, a través del ejercicio de investigación que permita hacer nuestro el proceso o sistemas que intervienen desde perspectivas distintas.
Nuestro constante cuestionamiento del presente unido a la comprensión, son las armas más eficaces para avanzar hacia la creación, hacia el poder llegar a CREAR.
Para comprendernos mejor tenemos que tener presente que el léxico es fundamental, la visión holística e histórica de nuestro centro educativo es fundamental. La reflexión sobre las partes que conforman nuestro organismo llamado Centro Educativo, son vitales para comprender. Y por último, definir el objeto de estudio.
FOCALIZAR
El siguiente paso nos conduce hacia la focalización. Conocidos el objeto de estudio y los retos de transformación, llega el momento de identificar los sistemas en los que queremos incidir con nuestro plan de transformación. ¿Tarea fácil? Ni mucho menos, te das cuenta de que todos los sistemas y, dentro de éstos todos los procesos, están interrelacionados; y por si esto fuera poco se nos ocurre identificar un nuevo sistema, el sistema relacional que nos permite establecer y gestionar relaciones con otros ecosistemas. Sistema que aparece como fundamental en nuestro plan de transformación.
Entramos pues, en uno de los momentos más interesantes del proyecto, analizar los sistemas que conforman nuestro ecosistema centro e identificar, dentro de cada uno de ellos, los procesos que intervienen. Después hay que centrarse en uno de los sistemas estudiados.
La elección no fue sencilla, barajamos la posibilidad de profundizar en cinco de los sistemas, aunque finalmente decidimos centrar nuestros esfuerzos en la comprensión de dos de ellos: el sistema pedagógico, encargado de concretar el proyecto educativo, y el sistema relacional antes mencionado.
Puede parecer paradójico que, tratando como trata nuestro objeto de estudio de las emociones, finalmente descartáramos el sistema experiencial que trata precisamente de trabajar sobre las emociones y vivencias de los alumnos, como puerta hacia el aprendizaje. Sin embargo, consideramos prioritario actuar sobre los otros dos e incidir especialmente en las relaciones de estos con los procesos del sistema experiencial, fundamentalmente referidos al desarrollo de las emociones dentro del centro educativo. Tiempo habrá de profundizar en los sistemas provisionalmente descartados.
En este punto se muestra como indispensable la necesidad de haber consensuado un léxico que recoja los conceptos básicos del proyecto. El nuestro ha quedado plasmado en la imagen de una bombilla que representa la innovación conformada por los principales términos que han ido apareciendo a lo largo del proceso.
Parece que se va aclarando el panorama y creemos tener las ideas más claras de hacia dónde queremos orientar nuestro proceso de innovación.
¡Seguimos insistiendo en la necesidad e importancia de documentar todo el proceso!
REFLEXIONES EQUIPO I+C
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